Dientes de Choclo
Imagino que no servían para masticar, pero al mirarte se veían perfectos, enmarcados por tu sonrisa, ordenados y de un radiante color amarillo como los dientes de los choclos que compré en la feria del barrio este último domingo.
Sin embargo, aunque no sé bien para que servían más que para lucir una sonrisa perfecta, fue lamentable ver como los perdías uno a uno, de manera directamente proporcional a la cantidad de caracteres que enviabas o recibías en mensajes de texto en tu teléfono móvil.
Mientras chateas en tu vida, pierdes los dientes de choclo. Pero para eso estoy yo, para ir a la feria y llenar mi carro de nuevos y lustrosos dientes que te permitirán seguir escribiendo semana a semana sin dejar de lucir la sonrisa perfecta.
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