"Estoy cansada" - le dije. Pero ella miraba con los ojos blancos buscando la respuesta como quien intenta mirarse la nuca por dentro. "Estoy muy cansada" - insistí. Y la respuesta ella la tenía en la punta de la lengua, pero aún no podía verbalizarla. - "Estoy agobiada. ¿Qué me pasa?" - Volví a preguntar. - "Te hacen falta Oligoelementos".

miércoles, abril 02, 2008

Peliculón

Acabo de ver un programa en CHV. Uno conducido por la Eva Gómez y cuya historia era representada por actores de cuestionable presupuesto. Pero eso da lo mismo.

Al parecer, era de grabación reciente porque los protagonistas terminaban en el cine comprando entradas para Bee The Movie, película estrenada hace "semi poco". Para ser bien honesta, no recuerdo cuando...

Lo vi y me dejó pensando... Y tal vez este espacio , sirva para revivir una verdad enterrada, o aunque sea para lanzar pensamientos al viento, ya que los antiguos contenidos mágicos del blog de la Anastasia, no mostraban el lado B que sólo se aloja en mi alicaída cabeza.

En resumen, el programa mostraba a una mujer casada con un hombre infértil, que queda embarazada de su amante. Ella, sin saber que su marido es infértil, se hace un test de embarazo de farmacia. Esos de 3 lucas... Pero ante la duda de no saber de quien de los dos es el hijo, se queda callada.

El marido, encuentra el test de resultado positivo, con dos rayitas rojas bien definidas, y se adelanta mintiéndole a su mujer: "me entregaron el resultado de mi exámen de fertilidad y dicen que tengo espermios para tirar pal techo". Ella se siente aliviada y le confiesa su estado de gravidez.

El, bajo un profundo y personal secreto, se adjudica frente a ella una guagua ajena con tal de tener la familia soñada.

Una vez cercida la guagua, tres años después de ese episodio, quien les vende las entradas al cine a esta familia aparentemente perfecta, es el verdadero padre de la niña.

Entonces el boletero lo sabe y no lo dice, la madre y el marido también. Un secreto fragmentado en tres y jamás compartido. Un fin cuidado sin importar los medios. El anhelo: la familia feliz.La única inocente: la niña.

Entonces, parece que para algunos, la familia es una meta que amerita vistas gordas mórbidas.Pero para otros, el ego es todo. La insaciable y absurda libertad individual y egoísta de los ignorantes prevalece junto al orgullo. Y la incapacidad de reconocerlo se recubre de un disfraz de víctima con tal de purgar las responsabilidades que jamás serán asumidas bajo ese antifaz de "pobre de mi, miren lo que me hacen..." a pesar de que no existan dobleces, ni secretos ni nada.

Lo que venga después, dependerá de una cuestión valórica individual, ya que uno puede ser consecuente con lo que desea para sus hijos, pero es imposible meterse en la cabeza de quienes no tienen sentido de altruismo, ni de protección ni de familia y que ya están craneando las versiones para contaminar la inocencia de una niña.

En palabras simples para los legos: Una hija- para algunos- lo amerita todo, pero para otros no es más que un baluarte que corona a los egoístas en su trono de inhumanidad.