"Estoy cansada" - le dije. Pero ella miraba con los ojos blancos buscando la respuesta como quien intenta mirarse la nuca por dentro. "Estoy muy cansada" - insistí. Y la respuesta ella la tenía en la punta de la lengua, pero aún no podía verbalizarla. - "Estoy agobiada. ¿Qué me pasa?" - Volví a preguntar. - "Te hacen falta Oligoelementos".

miércoles, marzo 09, 2005

Sor Teresita

Mi hermana estaba inundada de sus aires soberbios, catolicoides y moralistas. De nuevo me increpaba por algo que para mí era absurdo y que atentaba contra mis ideas del sentido de la vida.

No quise escucharla más y aunque sea un ejemplo de dignidad y decencia femenina, la así flaca como es y la remecí entre gritos. En realidad la golpeé.