"Estoy cansada" - le dije. Pero ella miraba con los ojos blancos buscando la respuesta como quien intenta mirarse la nuca por dentro. "Estoy muy cansada" - insistí. Y la respuesta ella la tenía en la punta de la lengua, pero aún no podía verbalizarla. - "Estoy agobiada. ¿Qué me pasa?" - Volví a preguntar. - "Te hacen falta Oligoelementos".

miércoles, junio 29, 2005

Oligoamor

El llora con sus ojos cerrados sin querer ver su nueva realidad. El gran Santiago se proyecta a través del ventanal y él imagina que eso no es real. ¡Cómo es posible! En un cerrar de ojos ha cambiado su entorno y aunque puede tocarla, no es ella y llora.

La amargura de sembrar la ilusión, el dolor del abandono y la crudeza del desamor estrangulan su alma y necesita dejarse amar, así, con dolor porque es menos amargo.

Calmará sus noches con cantos, imaginará que su abuela lo vuelve a acurrucar y llorará al despertar y darse cuenta que su frenética búsqueda es un círculo sin fin.

La adicción compulsiva, la hembra permanente, la debilidad y la pena, lo tienen ahí yaciendo inmóvil y sólo despertando para dejarse amar.

1 Comments:

Blogger Julio Suárez Anturi said...

Buscando la pentalogía de la Oligoputa me encontré esta tierna viñeta.

10:16 p. m.

 

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