Oligoamor
El llora con sus ojos cerrados sin querer ver su nueva realidad. El gran Santiago se proyecta a través del ventanal y él imagina que eso no es real. ¡Cómo es posible! En un cerrar de ojos ha cambiado su entorno y aunque puede tocarla, no es ella y llora.
La amargura de sembrar la ilusión, el dolor del abandono y la crudeza del desamor estrangulan su alma y necesita dejarse amar, así, con dolor porque es menos amargo.
Calmará sus noches con cantos, imaginará que su abuela lo vuelve a acurrucar y llorará al despertar y darse cuenta que su frenética búsqueda es un círculo sin fin.
La adicción compulsiva, la hembra permanente, la debilidad y la pena, lo tienen ahí yaciendo inmóvil y sólo despertando para dejarse amar.
1 Comments:
Buscando la pentalogía de la Oligoputa me encontré esta tierna viñeta.
10:16 p. m.
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