"Estoy cansada" - le dije. Pero ella miraba con los ojos blancos buscando la respuesta como quien intenta mirarse la nuca por dentro. "Estoy muy cansada" - insistí. Y la respuesta ella la tenía en la punta de la lengua, pero aún no podía verbalizarla. - "Estoy agobiada. ¿Qué me pasa?" - Volví a preguntar. - "Te hacen falta Oligoelementos".

viernes, junio 24, 2005

Duende

Anoche me visitó Duende. Y mientras yo corría por la calle viendo el desfile de marineros que se agolpaban en un porta aviones que despedía humos de colores, él me cubrió con frazadas para que no tuviera frío.

Luego seguí corriendo y, al querer entrar al aeropuerto, me estrellé contra la alba puerta del bus que iba partiendo a su destino lleno de pasajeros. Al chofer no le importó, a mi tampoco y qué bien, porque Duende estaba apagando las luces y el fuego.

Del aeropuerto me fui a la cabaña de mi amiga surfista. Era increíble. Estaba llena de tablas de surf por todos lados, flores, aromas y colores. Ella tuvo que salir y yo me quedé pasando la aspiradora, mientras Duende guardaba la comida.

Luego, horas más tarde, cuando reinaba la calma y en mí quedaban impregnados sus besos, me sumí desnuda en un sueño profundo, y Duende -en silencio- desaparecía.