Oligoputa IV
Puta. Eso me dijo el cura que quería llevarme en su camioneta Ford del año 50, cuando no me quise subir. Se fue alegando. Seguramente es loable salvar almas en la calle, sobre todo si se creía un padre Hurtado, claro que en versión
re-coge putas.
Al día siguiente, a eso de las 20.00 hrs, ya estaba en clases de nuevo. Esta vez el tema fue "Sexo en el umbral geriátrico". Para mi algo absolutamente nuevo y contradictoriamente común.
Los hombres se mantienen sexualmente activos toda su vida, pero ya entrando en la sexta década, comienzan a decaer las oportunidades y el rendimiento. Es por eso, que un gran porcentaje de nuestros clientes serán coetáneos a la bomba atómica y previos a ella también.
Nos hablaron de fisiología, patologías y piscología de la tercera edad. Y profundizamos en el riesgo de amnesia producida por sexo en los ancianos.
Extrañamente, hubo dos clientes con amnesia transitoria total después de haber realizado el acto sexual con dos chicas de la academia. Uno de ellos fue un hombre sano de 72 años de edad que no recuperó la memoria y la función cerebral normal hasta 12 horas después. El otro caso fue el de un hombre de 75 años que recobró su estado normal 15 horas más tarde, y que todavía no recuerda nada de lo que ocurrió durante esas primeras horas de amnesia. Terrible.
El Dr. Barría, nuestro profesor invitado, nos dijo que debìamos tener expreso cuidado con esta situación que podría deberse a la Maniobra Valsalva, nombre clínico que se emplea para referirse al esfuerzo que realiza el organismo en situaciones como el nacimiento o el acto sexual.
Durante este movimiento, se contiene la respiración y los músculos se contraen, cargando presión en el pecho y en el cuello, lo cual impide que llegue sangre al cerebro. Esta situación, más la activación del sistema nervioso simpático durante el acto sexual, puede afectar a la memoria y a otras funciones cerebrales.
La Francoise nos contó que a ella le pasó algo similar la semana pasada. Tuvo un encuentro sexual inesperado con un anciano amigo de la familia, cuyo desenlace fue funesto.
El anciano tenía un pene pequeño que se perdía entre los canosos y escuálidos vellos. La erección posibilitaba la penetración pero la sensación para ella era casi inexistente. El viejecito se esforzaba en darle placer, pero ella, quien tenía un tercio de la edad de él, perdió la paciencia y decidió llevar el control montándose a horcajadas sobre el anciano.
Ella se estaba acercando al clímax cuando notó que al viejito se le inflaba el pecho y no lograba exhalar. Tenía los ojos blancos y su hinchado vientre parecía que iba a explotar.
Ella detuvo todo. Se retiró y él quedó ahi como herido de guerra y asfixiado por el anillo del condón, con la mente en blanco, indefenso, desnudo y excitado pero incapacitado de cualquier acción.
Tras quince minutos de insistencia, la Fran obtuvo respuesta de parte del viejo:
- "Señor, ¿está bien?"
- "¿¿¿¿Amelitaaaaaa?????
La Hermana Amelita ya había muerto hace años. Y el anciano debió recibir ayuda médica de urgencia. No podrá conducir su camioneta Ford del 50 en un buen tiempo...
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