"Estoy cansada" - le dije. Pero ella miraba con los ojos blancos buscando la respuesta como quien intenta mirarse la nuca por dentro. "Estoy muy cansada" - insistí. Y la respuesta ella la tenía en la punta de la lengua, pero aún no podía verbalizarla. - "Estoy agobiada. ¿Qué me pasa?" - Volví a preguntar. - "Te hacen falta Oligoelementos".

viernes, septiembre 16, 2005

Oligotransformación


Una mañana más y suena la alarma de mi celular... Son las 6: 45 am y me debo levantar, sin embargo, me estiro, miro hacia la ventana y aunque ya está de día y se ve que estará soleado, sé que el despertador sonará nuevamente a las 7:00, entonces me doy media vuelta y disfruto los últimos quince minutitos extra de cama...

No me doy cuenta cuando de pronto ya son las 7:00 y suena el otro celular -ese que tengo programado como medida de seguridad-, mi gato ha despertado y quiere regalonear...

Como no estoy en todo el día, le regalo 5 minutos de regaloneo en los que me quedo nuevamente dormida y a las 7:15 vuelve a sonar la alarma del primer teléfono - que está programado para sonar cada 15 minutos - pero no lo escucho. Lo escucho cuando se repite la alarma a las 7:30 y ya quedan sólo 15 minutos para irme a mi trabajo.

Salto de la cama, me voy al baño, y en ese tiempo me ducho rápidamente, me lavo el pelo, me pongo crema en la cara, un par de pantalones recién planchados en dos escuálidos minutos, calcetines, zapatos, una polera y chaqueta. Le pongo comida y agua al gato y salgo a las 7:50 de casa con 5 minutos de retraso, la cara limpia, el pelo mojado y lentes oscuros ocultando mis ojeras y tratando de mostrar una imagen digna, pese a que llevo sólo 20 minutos levantada y el carrete de la noche anterior ha sido extraordinario. Sin duda, éstos son los 20 minutos más estresantes de cada día.

Bajo al piso menos uno y me subo a mi auto. Con los lentes oscuros no veo casi nada en ese subterráneo, pero enciendo el motor y salgo por calle Maipú en dirección a San Pablo con las luces encendidas, porque nuevamente he olvidado apagarlas al salir.

Mi Citröen del 97 es bastante básico, y a poco andar la calefacción sale bastante fría. Como a las tres cuadras, comienza a calentarse el aire del ventilador. Me suelto la amarra en el pelo y lo dejo caer mojado y libre frente al viento. Dirijo las ventanas del aire hacia mi cara. Todas: la de la izquierda, la de la derecha y las dos del medio, a la máxima potencia, y comienzo a secar mi pelo mientras manejo al ritmo de Chemical Brothers: Hey Girls! Hey boys!....

Acelero y así me voy, con el cosmetiquero sobre las piernas. Ya en San Pablo con la Panamericana Norte, mi pelo está tan sólo húmedo. En el taco -bajo el puente en Vivaceta-, tomo el pote de cera para cabello y me aplico bastante con los dedos en el pelo, obteniendo un look fresco, natural, sofisticado y voluminoso: Efecto "Fan-Fun".

Antes de que la luz cambie a verde, me aplico gotas de base en la cara: una en la frente, una en cada mejilla, otra en la pera y la última en la nariz, las que esparzo alternadamente mientras manejo. A veces con la mano derecha, otras con la izquierda. Evado un par de caballos finasangre y un "evento" de eso que antes se llamaban hoyos.

En la próxima luz roja, antes del hipódromo, levanto mis lentes de sol, aplico sombra en un ojo, me vuelvo a poner los lentes ocultando la disparidad y parto. Antes de doblar en Dorsal, vuelvo a levantar mis anteojos y hago lo mismo con el otro ojo. "¡Tengo ojos!" Dos cuadras más y viene el otro semáforo: rímel.

A poco andar, me toca doblar a la izquierda y mientras esquivo los hoyos en Zapadores, me voy poniendo algo de rubor en las mejillas para poder contrarrestar la verde palidez.

Llego un día más a la oficina. Antes de bajar del auto, me pongo lápiz labial rojo y así, maquillada, estilosamente peinada y cinco minutos atrasada, subo las escaleras, enciendo mi computador y posteo algo, antes de entrar en el túnel del tiempo digital y laboral, para que luego sean las cinco y media de la tarde y no pueda salir sino hasta las 9, retocarme camino a una cita, acostarme nuevamente muy tarde y esperar a que se repitan las alarmas secuenciales de mis despertadores que darán inicio a un nuevo día...

2 Comments:

Blogger Konitukio said...

gracias! a mi también me parecía que el día no se terminaba al postear algo, ahí es cuando la fase 2 comienza y dura hasta el próximo despertar...

(debe haber sido porque siguiendo la secuencia, lo posteé rapidito para empezar a trabajar...)

consideré tu sugerencia pero con algunos cambios...

9:29 a. m.

 
Blogger Konitukio said...

No me demoro 2 minutos en ponerme el pantalón, sino en plancharlos...

3:21 p. m.

 

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