"Estoy cansada" - le dije. Pero ella miraba con los ojos blancos buscando la respuesta como quien intenta mirarse la nuca por dentro. "Estoy muy cansada" - insistí. Y la respuesta ella la tenía en la punta de la lengua, pero aún no podía verbalizarla. - "Estoy agobiada. ¿Qué me pasa?" - Volví a preguntar. - "Te hacen falta Oligoelementos".

miércoles, octubre 11, 2006

Oligofetuccinis saBrossos del Chef

Fetuccinis tricolores envueltos en crema al champignon, toques de semillas de amapola, frutos del mar ahumados, tildes de aliños varios y el sabor de tu mano, han sido el gran plato gourmet de la estival temporada.

Un plato reposado y viajado, excusa de mi visita y una probadita de tu talento culinario, bajo una exquista capa de queso parmesano.

Chooma per te!

lunes, octubre 02, 2006

Oligoesparcimiento














Nunca creí que del cerro Santa Lucía podría pasar a estar oligoesparcida por el fértil Mato Grosso, ya que muchas veces no es posible estimar los alcances de nuestras acciones.

Tal vez no sea así, pero es muy probable que las revistas a bordo del avión accidentado hayan volado igual que sus fragmentos, a un radio de 50 kilómetros alrededor de donde cayó la nave donde viajaban cientos de pasajeros que no sobrevivieron y otro ciento de revistas con mi cara fotografiada en el nuevo destino promovido por Gol: Santiago de Chile.

Con una polera florifosforescente a pleno sol, manga larga y cuello bote recortada por sobre fondos como la calle Lastarria, el parque Forestal, una que otra fachada, o simplemente como fondo de una copa de vino matutina chambreada, que yo bebía de manera simulada para atraer turistas a las tierras del vino.

Pasé de la capital de Chile a la mismísima selva amazónica en actitud de cenizas que se las lleva el viento, o de challa colegial con cara de felicidad, tal vez colgando en un árbol o de una liana en plena tragedia.

Me dijeron que me pondrían en portada, que paradójico. Las portadas ahora han sido las víctimas del alicaído aparato.

Me dijeron que sonriera... Y nuevamente paradójico. La sonrisa quedará indefinidamente plasmada en el couché, hasta que la humedad de la selva la destiña.