Estilista de mi muñeca
Desde hace siete meses que me encuentro en un estado lúdico que jamás viví ni en mi más tierna infancia. Se trata de una desconocida, incipiente y fanática afición por una muñeca que me tiene trastornada.
Se trata de una mini Konitukio que me quita el sueño y que me llena del más enorme sentimiento de amor que jamás haya sentido. Tengo la panza a punto de explotar y cada patada es una conexión inexplicable de emoción con mi corazón.
Nunca tuve ropa de muñeca ni corté metros de organza fucsia. Hoy mi hogar se prepara para recibirla y mi vientre es el primer palacio de esta niñita princesoide que ha venido a iluminar mi sonrisa.